miércoles, 10 de agosto de 2016

"Elecciones 2016"

En USA el tema de las elecciones se ha tornado viral sobretodo al conocerse quiénes serían los candidatos de los dos partidos principales en el país. Como nunca antes la división en términos de política es muy marcada. Quizá vivimos un momento decisivo en la historia de esta gran nación. Las propuestas de ambos candidatos por alguna razón siempre nos terminan dejando un mal sabor. Y al escucharlos una y otra vez, quedamos igual de confundidos. La pregunta que nos hacemos muchos cristianos nacidos de nuevo es: ¿a quién le daré mi voto? Si es que todavía nos hacemos preguntas porque algunos creyentes de manera resuelta concluyen el tema con la siguiente afirmación: "En estas elecciones no voy a votar". Y aunque esta es una posición respetable, como debiera serlo cualquier otra decisión que se tome en relación a las elecciones, en realidad debemos preguntarnos si al abstenernos de votar igual estamos determinando que el candidato más liberal de los dos gane la presidencia. Pero bueno eso es solo una observación con la intención de que lo pienses a ver si tiene o no sentido que te abstengas de votar. Lo que si creo que es mi deber como cristiano y además como pastor en la iglesia de Dios reflexionar acerca de algunos puntos importantes que los creyentes debemos considerar antes de que llegue el mes de noviembre:

1- No nos enfoquemos en el "Quién" sino en el "Qué"

Déjenme explicar mejor esta frase. En lugar de preguntarnos a nosotros y a los demás (lo que por cierto recomiendo que paremos de hacerlo) por quién vamos a votar, debemos preguntarnos qué valores y principios cristianos serían rescatados si el presidente de la nación fuera uno u otro candidato. Los cristianos americanos de origen hispano debemos poner a un lado asuntos como economía, inmigración y salud. Y debemos concentrarnos en rescatar con nuestro voto asuntos más importantes como: el derecho a la vida, el matrimonio heterosexual, la libertad de expresión, la familia según el diseño divino, etc. Y no es que la inmigración, la economía y la salud no sean importantes, pero para que una nación vuelva a adoptar los valores cristianos que un día tuvo es necesario que entendamos que nos tenemos que concentrar en lo que realmente es una prioridad. Además, los políticos que más reformas migratorias prometen son los que una vez en el poder más rápido se olvidan de sus promesas. 

2- No es un asunto de partidos políticos sino de valores cristianos

Los hispanos terminamos votando de acuerdo a nuestro trasfondo cultural o a la nación de nuestros orígenes. Por ejemplo, históricamente los cubanos y nicaragüenses son republicanos mientras que los dominicanos y puertorriqueños son demócratas en su gran mayoría. Y así podemos seguir mencionando países y culturas. Pero lo que se nos olvida a los cristianos es que por encima de nuestra "cultura", nuestros orígenes y nuestras tradiciones, se encuentra nuestra fe. La fe cristiana es mucho más que un credo que nos lleva al Cielo, es también un estilo de vida que afecta lo que pensamos y lo que hacemos. Por eso, nunca debemos ejercer nuestro voto movidos por el apego cultural sino determinado por nuestro sistema de creencias. Los estudios dicen que la generación Y cada vez menos tiene afiliación política. El número de votantes independientes en este grupo generacional es bastante grande. La razón es obvia, las nuevas generaciones están desafiando el status quo y han comenzado a mirar más las propuestas de un individuo que las creencias de un partido. Y eso me parece bien, solo que la gran mayoría de los que pertenecen a la generación Y fueron adoctrinados por un sistema educativo liberal y terminarán votando por el candidato más liberal. Los cristianos debemos ser como la generación Y en un sentido, debemos divorciarnos del sentimentalismo político y comenzar a ser objetivos y prácticos. Debemos votar no por partidos sino por propuestas, por aquel candidato que más valores cristianos haya incluído en su propuesta de campaña. 

3- En la unión está la fuerza

Por otro lado, me preocupa como las épocas de campañas electorales tienen el poder de dividir a una nación, una familia y una iglesia. A mis hermanos cristianos y en especial a cada uno que se congrega conmigo en ICMiami, no dejemos que nuestros criterios y decisiones políticas nos dividan como familia de la fe. Seamos sabios y reconozcamos que el enemigo de nuestra fe usará el tema político para dividir la iglesia. Porque él sabe que al final del día, quien prevalecerá contra él no será ningún gobierno de la tierra sino la Iglesia de Jesucristo. Así que decide hablar menos del tema, y orar más por el futuro político de la nación. Resérvate los comentarios que sabes que herirán a tus hermanos de fe. Y no trates de cambiar a quienes no piensan como tú, más bien ora por ellos. Cada vez que te encuentres en un fuego cruzado donde dos creyentes defienden sus posiciones políticas, decide ser el agente reconciliador. Sobretodo, enfoquémonos en nuestra misión, no es proclamar un partido político o un candidato, es proclamar a Cristo: la esperanza del mundo. Y por favor no demonicemos a aquellos que piensen contrario a nosotros. Más bien oremos sin cesar, para que en tiempos tumultuosos la iglesia permanezca fuerte y permanezca unida. Y por último:

4- Ningún candidato es el Mesías

Los votantes suelen ser tan apasionados en sus ideas y en su respaldo a sus candidatos que terminan otorgándole a simples mortales la responsabilidad de salvar a una nación. No nos engañemos, ni Hillary ni Trump podrán salvar a USA. Tampoco ningún candidato independiente, ni ninguno de los que quedó atrás en la nominación de sus partidos. Suele suceder con mucha frecuencia, los cristianos dando su apoyo a un candidato y presentando a ese individuo como si fuera el salvador del país. Solo una Persona puede salvar a USA: Jesucristo. Y lo hará si nos arrepentimos, si se arrepienten los políticos que han hecho mal las cosas, si se arrepienten los jueces de la Corte Suprema que han decretado como ley lo que Dios aborrece. Él salvará a América de una caída inminente si nos arrepentimos de tanto orgullo, opulencia, asesinatos de bebés indefensos y desprecio al ser humano por el color de la piel o el idioma que habla. Esa es la única forma en la que el Señor tornará su rostro y bendecirá a América. 

Así  que la próxima vez que seas tentado a mirar a un candidato como el salvador de USA recuerda que nadie más puede hacer lo que solo a Jesús le fue otorgado. Claro que Dios usa individuos para bendecir naciones, pero también suele usar individuos para juzgar naciones cuando los pueblos toman el rumbo que esta nación ha tomado. Creo que eventualmente eso sucederá en las elecciones 2016. El candidato que gane la presidencia (si es que no ocurre algo inesperado que lo impida) será o un agente de gracia o un agente de juicio. Oremos que el país se arrepienta antes de que sea demasiado tarde. Dios bendiga a América.


No hay comentarios:

Publicar un comentario