martes, 28 de agosto de 2012

"El zumbido del planeta"

Desde hace varias décadas se viene escuchando un sonido preocupante, el que algunos lo asemejan a sonido de bocinas o trompetas de mucho alcance. Lo cierto es que desde mediados del año 2010 el sonido desconocido se viene escuchando cada vez más en distintas partes del planeta. Inclusive se le ha escuchado en zonas del planeta donde no hay una industria cercana en un radio consiferable como lo es la ciudad de Mar del Plata, Argentina. Como todo lo que resulta desconocido las personas han especulado mucho al respecto. Se le llama las trompetas apocalipticas, o el sonido del dragon, algunos, los que sueñan con terorias de conspiración, dicen que es un aparato de baja frecuencia utilizado por la CIA, y algunos hasta aseguran que es el sonido de grandes maquinarias para hacer túneles gigantezcos usadas por los gobiernos mundiales ante la inminente tercera guerra mundial. Pero es obvio que como todo lo que raya en la especulación no sea tenido en cuenta así sucede con la mayoría de estos criterios, lo que sí es bien tenido en cuenta es el sonido en sí mismo, el que mantiene en vilo a la comunidad cientifíca internacional. En Curitiba, Brasil, se le escuchó en septiembre del año 2011, y los brasileros lo denominaron en los titulares de los periódicos como: "El gemido de la Tierra". Yo pregunto: ¿Y no será eso precisamente de lo que se trata todo esto? De hecho algunas declaraciomes hechas por algunos geólogos que como es sabido estudian los suelos y placas tectónicas del planeta, se acercan a este criterio del gemir del planeta. En un artículo en la web que aborda el tema, un fragmento reza así: "Con el uso extensivo de los sismógrafos en el siglo XX, se acabó llegando a un asombroso descubrimiento: Aún en ausencia del más pequeño terremoto, las veinticuatro horas del día estamos sumergidos a un zumbido de nuestro planeta de fuerza equivalente a un terremoto de magnitud 6.0. Solamente hay unos sesenta días al año en los que npo hay ningún terremoto, y es precisamente en esos días en los que los sismógrafos pueden detectar, libres del ruido de los terremotos, esa pequeña vibración de fondo bautizada como "The earth hum". No podemos oir el ruido por su débil intensidad y por estar mucho más allá del umbral del oído humano." Sin dudas, interesante el artículo, sobre todo porque no está basado en especulaciones sino en estudios probados por la ciencia y registrados por equipos de la más alta calidad. Eso sí, parece que lo que era un sonido débil e imperceptible se está volviendo cada vez más fuerte y a la vez detectable al oído humano. Pero, pudiera ser que usted mi querido lector, se pregunte por qué estoy dedicando un artículo al respecto. Bueno, le confieso que me he sentido atraído por la información, y ha sido así porque estoy convencido que estamos comenzando a vivir los tiempos del fin descritos en la Biblia. En lo personal no creo que dicho sonido, sea sonido de trompeta angelical (aunque si Dios lo quisiera, nos permitiera escuchar el sonido de la música angelical), soy más apegado al criterio de los brasileros, para mí este es el gemido del planeta. La Biblia dice así en Romanos 8: 19-22 "La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así la dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto." ¿Lo ve? La creación de Dios, incluyendo al planeta que nos alberga están llorando, gimiendo, por causa de la corrupción que la humanidad llena de pecado ha traído sobre ella. Pablo mismo revela que la "creación gime a una", ¿será acaso que ya en los días de Pablo se escuchaba el desconocido zumbido? Realmente es algo que ahora no podemos probar, pero eso sí, de muchas maneras, incluyendo el misterioso sonido de nuestros días, el planeta nos grita a voz en cuello que ya está llegando el fin de su estado actual y que se prepara para dar a luz el nacimiento de un nuevo planeta reformado y restaurado por el Creador y Dios de todo el universo. Ante esta realidad que la Biblia nos expone y que el planeta parece testificar hoy con más fuerza debería cada ser humano preguntarse que debe hacer antes de que esos eventos finales ocurran. En la misma carta a los romanos solo un par de capítulos después, Pablo escribió: "...La palabra está cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo." (Romanos 10: 8b-10). Así es mi amigo lector, no puede dejar pasar un día más de su vida sin recibir el perdón y la vida eterna que Dios el Padre le ofrece por medio de su Hijo Jesucristo. Haga a Jesús hoy el Señor y Salvador de su vida, el resultado será paz en medio de los cambios del planeta y el mundo que no podemos impedir y confianza en nuestro Dios de que cuando todo eso pase, estaremos con El para siempre. ¿Se une usted hoy al grupo de millones de seres humanos que vivimos confiados en nuestro Salvador Jesucristo? Y eso, aunque la tierra siga gimiendo...