martes, 8 de diciembre de 2015

 “…Admirable Consejero”

Navidad ha llegado, la época más hermosa en el calendario familiar. Aunque una tradición, esta es una de las más hermosas tradiciones que vivimos. Pero lo que no debemos permitirnos es intentar celebrar Navidad sin celebrar a Cristo. Porque Jesús es el motivo de la Navidad. Como dice el conocido slogan “Jesus is the reason for the Season” Así que la pregunta que todos debemos hacernos en esta Navidad es: ¿Por qué es tan importante que Jesús sea el centro de mi vida?

Isaías da la respuesta a esta importante pregunta declarando de manera anticipada 4 Nombres relacionados con la personalidad de Jesús. Y hoy comenzamos respondiendo la pregunta: ¿por qué es importante que Jesús sea el centro de mi vida?, declarando el primer Nombre que Isaías le otorga: Admirable Consejero. (la versión del 1960 la presenta como dos nombres separados pero en realidad es un solo nombre, aunque compuesto) Si algo llegamos admirar de Jesús es su capacidad sobrenatural para dar el consejo acertado. ÉL NO SOLO ES UN BUEN CONSEJERO, ÉL ES EL CONSEJERO. Porque no es lo mismo dar buenos consejos, que dar “el Consejo”. 

Quiero ilustrar esta capacidad de Jesús mencionando aquel momento en el que Pedro y sus acompañantes, pescadores como él regresaban después de una noche de intentar pescar sin lograr nada. Volvían a casa cansados y frustrados, pero sobretodo fracasados. Cuando el fracaso toca a nuestra puerta el mundo se nos viene abajo. 

Aquellos hombres no pescaban por hobby, ellos lo hacían para ganarse la vida. Y no es lo mismo fracasar por diversión a que ocurra intentando ganarnos la vida. Y es esa segunda situación en la que se encontraban Pedro y sus amigos. Pero entonces aparece Jesús. Sin embargo, inicialmente añade malestar a la situación, porque cuando uno fracasa no desea quedarse en los lugares que nos recuerdan la derrota. Y el mar de Galilea representaba ese lugar para aquellos pescadores en aquella mañana poco inusual. Y Jesús como si no le interesara la condición de Pedro, le pide prestada la barca.

Hay un sentido del humor peculiar en el Señor porque conociendo nuestras situaciones suele pedirnos cosas que o bien escapan de nuestras manos o nos pide hacer algo que ya no queremos hacer. ¿Te imaginas a Pedro y sus amigos escuchando a Jesús? El mensaje de la eternidad muy hermoso, pero ellos tenían situaciones del "aquí y el ahora", por resolver. Por un lado el desafío a creer en el amor y perdón de Dios, del otro lado, la realidad aplastante de no tener nada que poner sobre la mesa aquel día. Pero de alguna forma Pedro es entrenado con aquellas palabras a creer. Así que cuando Jesús le propone intentarlo una vez más a pesar de lo ilógico e inoportuno de la petición, Pedro accede a intentarlo. Y entonces lanza su frase magistral: "lo hemos intentado toda la noche sin lograr nada, pero en tu palabra echaré la red". 

Creer al Consejo Admirable de Jesús puede cambiar nuestra realidad de la noche a la mañana, puede hacer de forma sobrenatural lo que por la vía natural no hemos podido lograr. Es por eso que nos conviene escuchar al Consejero por excelencia: Jesús.

En  esta situación, la solución resultó de escuchar el “CONSEJO” de Jesús confirmando así el Espirítu Santo por la Escritura que Él, Jesús, es el Admirable Consejero.Como bien dijo Simeon (aquel anciano profeta que fue uno de los primeros en disfrutar Navidad porque fue una de las pocas personas que pudo darse cuenta que Jesús era el Hijo de Dios aún siendo un bebé): 

““Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor. Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley, él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo: Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra;

La cual has preparado en presencia de todos los pueblos; Luz para revelación a los gentiles, Y gloria de tu pueblo Israel.” S. Lucas 2:25-29, 31-32 RVR1960

No permitas que esta Navidad se consuma en regalos, comidas y reuniones familiares. No permitas que otra Navidad llegue y se vaya. Toma la sabia decisión de permitirle a Jesús ser el Señor y el centro de tu vida. Muchas cosas positivas te sucederán por causa de esa sabia decisión, y especialmente el vivir en paz por actuar de acuerdo al consejo sabio del Admirable Consejero.



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